San Cristóbal de La Laguna Patrimonio Mundial. Bienes de Interés Cultural XXVII

De la exposición La Casa Indiana: Platería doméstica y artes decorativas en La Laguna celebrada en La Laguna en octubre de 2017.

Platería doméstica y artes decorativas en La Laguna (XXVII). Por Jesús Pérez Morera

Las mercancías del galeón: las artes orientales (III)

(…) Los primeros tejidos orientales que se registran fueron paños hindúes de algodón pintado, comercializados por los portugueses a través del Índico a mediados del siglo XVI. Un frontal de algodón pintado de la yndia de Portugal y un paño de Calicud figuran así, desde 1558 y 1576, en la ermita de San Sebastián en la villa de San Andrés (La Palma)179; y otros frontales y paños de algodón de Yndias se inventarían en 1545 y 1548 en la de la Encarnación de Santa Cruz de La Palma, con pinturas en negro y blanco o solo en negro que dibujaban aves, leones y jarras y flo-res grandes180. Con posterioridad, a partir de 1573, con el descubrimiento y apertura de la ruta inaugurada por el galeón de Acapulco, las sedas de China o de la China, damascos mandarines, brocateles, rasos y terciopelos la-brados, en brillantes tonos azabachados, lacres, carmesíes, naranjas, pardos, leonados, tornasolados y, en general, en todos los colores, llenaron no sólo los roperos y ajuares domésticos sino también los litúrgicos. Según recoge la documentación, además de los conocidos mantones de Manila, tapetes, pabellones, colgaduras, colchas y sobrecamas fueron las piezas bordadas más solicitadas a los anónimos artesanos chinos, elaboradas para la exportación, bien en Manila por los sangleyes establecidos en la capital de Filipinas o en los centros y factorías de la propia China (Cantón, Macao o Pekín). Por donación testamentaria de su difunto hermano Pablo Vandale, la condesa de La Gomera recibió en 1626 un pabellón de China deseda y oro de matises, así como una vuelta de cadena de oro gruesa y un cofresillo de la Yndia de concha de carey. Con motivo de su casamiento con Catalina Antonia del Hoyo Solórzano, los padres de don Francisco Antonio de Briones entregaron a su hijo en 1673 otra cama con colcha de China; y una colgadura de estrado de género de la China encarnado y amarillo tenía en su casa doña Gracia Jerónima de Lercaro Justiniano en el momento de redactar testamento en 1695. Salvo excepciones, se trata por lo común de obras con labores a penas sin matizar, trabajadas exclusivamente en sedas polícromas, sin intervención de hilos metálicos en oro y plata, al modo de un tapete o sobremesa del siglo XVII de la colección del Hoyo (La Orotava). Destinadas al adorno de las lujosas alcobas de la época, muchos de estos bordados orientales fueron adaptados y reconvertidos en paramentos sagrados. Es el caso del par de frontales bordados sobre seda azul de la parroquia de la Concepción de La Orotava, el desaparecido palio de la Iglesia de la Asunción en San Sebastián de La Gomera o el de la hermandad del Santísimo Sacramento de Los Llanos de Aridane, en su origen una colcha antigua de seda azul con bordados de Manila enajenada en 1936 por doña Rosario de Becerra y Cosmelli183, viuda de don Francisco Cosmelli y Sotomayor (1863-1925), militar durante muchos años en las antiguas colonias españolas. De una residencia particular procede la colcha azul que se exhibe hoy en el Museo de Arte Sacro de Icod de los Vinos, muy semejante a un fragmento bordado de la Casa Museo Cayetano Gómez Felipe.

Entretejidos en sedas polícromas sobre fondo de raso de seda o de tafetán, hojas y tallos envolventes, ramilletes sueltos, cintas y guirnaldas florales con frutos abiertos a modo de granadas,pájaros en vuelo, picoteando o absorbiendo el néctar de las flores, cigüeñas, aves fantásticas y dragones componen su delicada decoración, con bordados de colores planos, todo ello dispuesto, conforme a los característicos diseños chinos, en torno a formaciones circulares y concéntricas entrelazadas, con flores o girasoles en su centro.

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