Hemos visitado tres de las hermanas mayores de La Laguna Patrimonio de la Humanidad: Toledo, Segovia y Ávila: Hoy Toledo

Con motivo del 25 Aniversario del grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, decidimos planificar un viaje a Toledo Segovia y Ávila.

La primera visita fue a Toledo una ciudad que está situada en la margen derecha del Tajo, en una colina a cien metros de altura sobre el río, el cual la ciñe por su base, formando un pronunciado meandro conocido como Tomo del Tajo.

El acceso a pie desde la estación está muy bien situado para visitar la ciudad y alrededores ya que justo en frente para llegar al centro histórico tienes unas escaleras mecánicas que funcionan ininterrumpidamente y de forma gratuita.

Coronando a la ciudad de Toledo esta el famosos Alcázar que se convirtió en un símbolo de la Guerra Civil durante su largo Asedio, hoy en día en él se encuentra el famoso museo del ejército.

El museo es muy grande con un total de 7 plantas en las cuales existen un gran número de salas donde se muestran todos los objetos relacionados con el ejército y la guerra desde épocas pretéritas, como por armas, insignias, medallas, armaduras, uniformes…

Toledo es conocida como la ciudad de las 3 culturas, por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y árabes.

Muy cerca del Alcázar esta la plaza de Zocodover situada en el centro histórico, desde esta plaza callejeando enseguida llegamos a la catedral, donde se muestra imperiosa sobresaliendo por su altura sobre los edificios que la rodean. En su interior obras de maestros de la pintura como Rafael, El Greco, Goya, Cara..llo, Tiziano… Entre la impresionante colección de orfebrería destaca la famosa custodia del Corpus, obra de Enrique de Arfe.

La Custodia de la Catedral de Toledo

Definida como una de las mayores joyas de la cristiandad, la “Custodia” de la Catedral de Toledo, una torre de más de dos metros de oro y plata, recorre las calles de la ciudad durante el Corpus Christi.

En la “capilla de la torre, o del tesoro”, bajo la torre de la Catedral de Toledo y tras acceder por una puerta plateresca con las esculturas del “Domine, quo vadis?”, accedemos al recinto que contiene algunas de las mayores riquezas de la catedral toledana, sobre las que destaca la “custodia catedralicia”.

En realidad son dos. En la parte central hay un “ostensorio” o “custodia de mano”, de pequeño tamaño y de estilo gótico, mandada labrar por la Reina Católica a finales del XV a un joyero catalán, Almerique, quien utilizó 17 kilos del primer oro traído de América por Cristóbal Colón, además de pedrería y diversas figuras esmaltadas. El canónigo toledano Alvez Pérez de Montemayor, por orden del Cardenal Cisneros, compró esta pequeña custodia en la testamentaría de Isabel la Católica en «ciento treinta y cuatro mil ochocientos dieciséis maravedises», regalándosela a la Catedral en 1505.

Como corto se le quedaba esta custodia a Cisneros, éste encargó al platero Enrique de Arfe otra custodia para realzar y alojar a la anterior. Este maestro alemán realizó entre 1514 y 1524 la gran custodia de plata de estilo gótico-flamígero, a cambio de 2767 reales y durante siete años de trabajo, y que hoy observamos transitar por las calles durante las dos jornadas del Corpus Christi. Tan satisfecho quedó el cabildo con la joya que en la Navidad de 1523 entregó un aguinaldo de 2.500 maravedíes a Enrique de Arfe para que “se comprase treinta pares de gallinas”. En total, hasta quince millones de maravedíes hubo de pagar la Catedral por la custodia (para realizar una equivalencia, decir que con 2000 maravedíes se compraba una vaca, lo que nos da una idea de las cantidades invertidas)

A finales del XVI esta gran custodia fue dorada para igualar en color a la de menor tamaño, insertada en su interior. Hoy esta custodia es considerada la más eminente pieza de orfebrería de toda la cristiandad.

Seguimos paseando por las calles del centro en las cuales observamos gran cantidad de tiendas de regalos y souvenirs, en la gran mayoría de estas ofrecen artículos relacionados con la cuchilleria, espadas y armaduras, cosa que nos llama bastante la atención.

Toledo se convirtió en 1987 Patrimonio de la Humanidad, y cuenta con numerosos lugares de interés, entre los que destacan el Monasterio de San Juan de los Reyes, gótico isabelino del siglo XV y la Catedral de Santa María, de estilo gótico del siglo XII.

En la oficina de turismo nos recomiendan dos lugares para visitar y también desde los que se puede ver una panorámica perfecta de la ciudad, estos son el mirador del valle y la ermita del valle.

En la Plaza de Zocodover cada 45 minutos sale una guagua que recorre la ciudad durante 40 minutos aproximadamente, el recorrido lo hace por algunas calles del centro pasando por la puerta de la bisagra.

El trayecto también discurre por la periferia de la ciudad pasando por pequeños barrios de esta en el que se puede observar que Toledo es una ciudad monumental con símbolos que nos indican que moros, árabes y judíos vivieron en ella, dejándonos puentes y fortalezas.

La gastronomía de Toledo se basa en la cocina tradicional castellano manchega, arraigada en sus tradiciones y muy ligada a la caza y al pastoreo. Un buen número de recetas es resultado de la combinación de las influencias moriscas y cristianas.

Una amiga y lectora de La Laguna Ahora nos recomendó el restaurante la Hacienda del Cardenal situado en la muralla y que fue una antigua abadía, donde degustamos la comida típica de esta ciudad.

Entre las especialidades destacan el cordero asado o guisado, como lo es el cochifrito, las alubias con perdiz o la perdiz estofada, la carcamusa, las migas, las gachas manchegas y la tortilla a la magra.

Dos de los alimentos que han dado fama a la ciudad de Toledo son el queso manchego y el mazapán, del que tiene una dominación de origen propia, el mazapán de Toledo.

Para Navidad estaban los escaparates a rebosar de mazapán, además no faltaban las famosas anguilas, conocida en Cádiz, la compramos el año pasado en esta última ciudad, “La Bichaaa».

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