La romería de Guamasa en honor de San Isidro Labrador discurrió un año más por ese marco incomparable de la campiña guamasera
Como ya es tradición, el primer o segundo domingo de junio se celebró la romería de Guamasa. Desde tempranas horas, el pueblo despertó con el tintinear de las campanillas que penden de las colleras del ganado, que se dispone a tirar de las carretas, entre isas, folías y el tajaraste que sonaba desde el tambor de la danza de las flores de Guamasa.
Pero ayer algo parecía distinto, más de 30 carretas y más de 2.000 asistentes abarrotaron todo el trayecto, las parrandas no pararon de cantar y bailar, sin duda la mayor cita romera de cuentas se recuerdan en Guamasa… la edición romera del 2023 pasará a los anales de la historia de este peculiar pueblo lagunero.
A mediodía comenzó la romería: un cortejo compuesto por más de treinta y cinco carretas, carretas evocadoras del tipismo lagunero; los grupos folclóricos y parrandas entonando los aires de la tierra; los rebaños con sus perros y sus pastores, y los productos del campo, rezumantes de tradición agraria. Como hemos indicado en otras ocasiones, esta romería sólo es presidida por la imagen de San Isidro Labrador, lo que le confiere un carácter excepcional, pues en la práctica totalidad de las romerías de nuestras islas celebradas bajo la advocación del Santo Labrador, éste siempre va acompañado de Santa María de la Cabeza.
En Guamasa, como siempre, no faltó el buen vino de Garimba, el mejor acompañante del conejo en salmorejo, el atun en mojo colorado y las papas arrugadas con las que el pueblo guamasero nos brindó en la mayor romería que se recuerda en la zona.
