DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE CANARIAS EN EL ACTO INSTITUCIONAL DEL DÍA DE CANARIAS 2014

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Mientras daba el discurso el Presidente del Gobierno de Canarias en la calle la bronca subia de tono y sin policía en los alrededores del teatro Guimerá (Foto: Urbano Barber) 

 

Hace tres décadas los canarios comenzamos a escribir la historia de este Archipiélago por nosotros mismos; a construir Canarias desde Canarias; a hacer Canarias sumando. Sumando desde cada una de las islas. Sumando desde cada ciudad, institución, sector económico o ámbito profesional y cultural. Creciendo, día a día, todos y cada uno, con nuestro compromiso, esfuerzo y responsabilidad.

Décadas después, somos una sociedad más fuerte, más capaz. Han sido treinta años en los que, impulsados por la descentralización del Estado, nuestras Islas han vivido el mayor avance social y económico de su historia. Tres decenios después, seguimos aprendiendo de nuestro pasado y mirando hacia delante. Seguimos avanzando. Seguimos mejorando.

Estos últimos años no han sido fáciles. Han sido los años más duros de nuestro recorrido autonómico. Años exigentes en los que hemos plantado cara a la crisis con sacrificios y coraje, y también con mejores mecanismos para defender la cohesión social.

 

Las dificultades no han acabado. Lamentablemente nos acompañarán durante algún tiempo, pero lo peor ha pasado. Estamos mejor que hace uno o dos años, y las cosas van a seguir mejorando; vamos a seguir mejorándolas. Ahora bien, no podremos hablar de recuperación económica y social mientras nuestra sociedad no logre generar más y mejores puestos de trabajo, mientras no reforcemos el bienestar y los servicios que lo garantizan, mientras esa recuperación no ayude a una mejor redistribución de los recursos y oportunidades.

A diferencia de otros, que han dado por acabada la crisis, nosotros vivimos con los pies bien pegados al suelo, a la realidad; a los problemas que, día a día, siguen afrontando decenas de miles de familias, a la inquietud de tantos canarios que quieren trabajar y no pueden. A diferencia de otros territorios y gobiernos, durante la crisis hemos defendido con uñas y dientes los servicios públicos como pieza innegociable e irrenunciable para apuntalar la igualdad y la justicia social.

Muchas de las reformas que hemos acometido nos permitirán ¿nos están permitiendo ya- contar durante las próximas décadas con un modelo económico y social más capaz.

Reformas a corto plazo, con el impulso de medidas de dinamización económica que están generando empleo apoyándose en el binomio turismo-rehabilitación; reactivando la construcción sin consumir más suelo, una fórmula -la rehabilitación- que está funcionando y ayudándonos a seguir creciendo como potencia turística mundial. Estamos en el buen camino. Diversos organismos financieros especializados reflejan en sus proyecciones que, efectivamente, las medidas que hemos impulsado están funcionando; informes que concluyen que Canarias está liderando la recuperación, que tendremos este año el mayor crecimiento de todas las comunidades autónomas -nueve décimas por encima de la media estatal- o que en 2015 creceremos tres décimas más que el conjunto del Estado.

Reformas, a medio y largo plazo, nacidas del consenso y de la participación e implicación de todos. Así ha sido con la estrategia 2020 o con el REF, que nos conducirán a una economía más competitiva, menos vulnerable, en la que crezcan la formación, la innovación o las oportunidades que abren las economías azul o verde.

No acaban ahí las reformas que hemos emprendido. Estamos impulsando cambios sustanciales para que nuestro Estatuto, nuestros cabildos y nuestros municipios cuenten con un marco legal que les permita dar respuesta al tiempo nuevo que afrontamos.

Las dificultades no han terminado, lo sabemos, pero los canarios estamos demostrando que era y es posible hacer las cosas de otra manera. A diferencia de otros gobiernos nosotros sí creemos en los servicios públicos, sí creemos en otra forma de plantar cara a la crisis, en otra forma de hacer política.

Estamos saliendo antes y mejor de la crisis, pero es mucha la tarea que tenemos por delante; y con el 2020 como referencia es imprescindible poner a trabajar la experiencia que hemos acumulado estos últimos años, el conocimiento que nos ha aportado la identificación de los problemas y la gestión de las soluciones. 2014 será mejor que 2013 y el próximo año será mejor que éste.

Es precisamente en estos momentos, ahora que esa tendencia se va consolidando, cuando desde las instituciones debemos valorar en su justa medida la actitud reivindicativa pero comprometida de una sociedad que ha tenido que hacer enormes esfuerzos y sacrificios.

Miremos al futuro. Miremos hacia delante y reivindiquemos, aquí y ahora, más política, más democracia, más participación. De la crisis no se sale con menos política, es al revés; es imprescindible fortalecer la política, y para conseguirlo es necesario llenarla de participación, transparencia, rigor, honestidad y compromiso.

La ciudadanía nos está pidiendo nuevas actitudes, nuevas fórmulas; de ahí, entre otras, iniciativas como la ley de transparencia y de acceso a la información pública.

Se equivocan quienes no quieran o sepan escuchar. Tomemos nota.

Es mucho el trabajo que tenemos sobre la mesa para los próximos meses y años, y vamos a hacerlo con más ganas e ilusión si cabe; entre otras cosas, porque nos llena de optimismo y esperanza el hecho de que la economía canaria crezca por encima de la media o que hayamos logrado frenar la destrucción de empleo.

Avancemos juntos. Demos respuesta a los problemas que tenemos planteados hoy mismo, a las demandas que la ciudadanía plantea estos días, semanas o meses; y avancemos, con la vista puesta en el medio y largo plazo, en el modelo económico y social que estas islas -que son y no pueden dejar de ser una plataforma de paz- necesitan y merecen. Y hagámoslo entre todos, porque todos tenemos algo que decir o hacer.

Construyamos entre todos las soluciones, como así ha ocurrido con el Plan de Acción Canarias 2020 y la Estrategia de Especialización Inteligente, documentos que, consensuados por todos los agentes políticos, económicos y sociales del Archipiélago, resumen la voluntad de diálogo y la forma de hacer política que defendemos y en la que creemos. Acciones que marcan las pautas para un desarrollo armónico, duradero, sostenible medioambientalmente; responsable, en definitiva. Acciones para mejorar la competitividad de nuestra economía, generar empleo y crear riqueza.

Sigamos avanzando, también de la mano, escuchando y tomando nota, con el Régimen Económico y Fiscal. Un buen REF es un éxito de todos, no solo de este Gobierno. Y un buen REF pasa por una arquitectura fiscal y económica que nos permita poner al servicio de la creación de empleo todos sus instrumentos, estimulando además la inversión empresarial, la innovación y la internacionalización de nuestra economía.

Construyamos un presente a la altura del futuro que las Islas merecen, y sigamos defendiendo, contra vientos y mareas presupuestarias, la educación, la sanidad y las políticas sociales que los canarios demandan. Los recursos que nos llegan del Estado han menguado de forma tan significativa como injustificada, pero no hemos dejado ni vamos a dejar solos a quienes peor lo están pasando.

Vamos a seguir haciendo más con menos. Vamos a seguir encontrando soluciones que resuelvan o al menos mitiguen los problemas de los que menos tienen.

No está todo hecho, ni mucho menos. Por tanto, no hay lugar para el triunfalismo. Tampoco para el conformismo. No, mientras no seamos capaces de generar más y mejores puestos de trabajo para la gente de aquí.

Son muchos los sectores que están dando pasos en la buena dirección, y en el objetivo de la creación de empleo contamos con el turismo como un potente aliado que ha funcionado de manera extraordinaria en los últimos años, pero al que debemos insuflar aires nuevos para garantizar su competitividad presente y futura. En esa línea, la rehabilitación, junto al incremento de la conectividad y la diversificación de los mercados, son metas y compromisos irrenunciables.

Hoy contamos con certezas que nos anuncian un futuro esperanzador, con una economía que da síntomas de dinamismo, un turismo más fuerte que nunca, un desarrollo respetuoso con el entorno y unas empresas que siguen incrementando su posición en los mercados exteriores de referencia.

No es momento, ahora menos que nunca, para experimentos o improvisaciones. El trabajo que nuestra sociedad ha hecho durante los últimos años está empezando a recoger sus frutos, a tener buenos resultados.

Estamos en el buen camino, y los canarios no vamos a permitir que desde otros ámbitos se tomen decisiones que frenen o amenacen nuestra recuperación.

Hoy no es un 30 de mayo como los anteriores; y no lo es porque, en lo que significa una falta de respeto a todo un pueblo, hay quien ha elegido el Día de Canarias para anunciar una decisión que constituye un desprecio a nuestros sentimientos y a nuestras instituciones; una decisión que amenaza seriamente nuestra naturaleza y el bienestar de más de dos millones de canarios.

Somos un pueblo trabajador y responsable, un pueblo leal; pero si hay algo que los canarios no toleramos son los abusos y la falta de respeto.

En las últimas horas los canarios hemos encajado un golpe; hay quien se ha reído de este pueblo golpeándolo cuando celebramos nuestro día.

Deben saber quienes nos lo han infligido, que ese golpe nos hace más fuertes; que lejos de doblegarnos los canarios respondemos a las injusticias con la dignidad, el coraje, la inteligencia y el amor propio de un pueblo que durante generaciones ha crecido plantando cara a las dificultades y a los abusos.

Las consecuencias de un error histórico, porque lo es permitir que se ensucien nuestras aguas con petróleo desoyendo y burlándose del rechazo de los canarios, sólo podrán conocerse en toda su magnitud en años o décadas.

No habrá que esperar tanto para conocer la respuesta inmediata de este pueblo y de sus instituciones; una respuesta que será responsable, pero contundente. Cuando la dignidad y los sentimientos de un pueblo han sido burlados, cuando se amenaza con tanta soberbia el bienestar de los canarios, no nos dejan otra salida.

No vamos a tolerar que se ensucie nuestro cielo, nuestro mar y nuestro paisaje, tampoco que se pongan en riesgo otras fortalezas que en las últimas décadas nos han permitido tener oportunidades sin vernos condenados a emigrar como así fue décadas atrás.

Defendamos el cielo, el paisaje y el mar que nos distinguen e identifican en el exterior, y defendamos el derecho de los canarios a opinar, democrática y legalmente, sobre decisiones que pueden constituir una amenaza y hundir el trabajo realizado por esta sociedad durante décadas.

Debe escucharse la voz de Canarias, la voz de los expertos, de los científicos y de personalidades de distintos ámbitos. Como es el caso de Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco, que recientemente y con motivo de su investidura como doctor honoris causa de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, advirtió que «lo importante hoy no es tener petróleo, sino tener en cuenta la responsabilidad que se tiene con las próximas generaciones».

Tenemos derecho a mejorar nuestro encaje en el conjunto del Estado. No somos mejores ni peores que otros, pero sí somos enormemente diferentes. No deben ponerse obstáculos a que Canarias tenga un Estatuto de nueva generación. Debemos mejorar nuestro encaje en España para ser menos dependientes y contar con mayor capacidad de decisión y gestión de herramientas básicas como los puertos, aeropuertos, el litoral o el comercio exterior.

Debemos mejorar igualmente nuestro encaje en Europa, exigiendo una mayor intensidad en la aplicación de las políticas específicas y haciendo ver a Bruselas que las regiones ultraperiféricas lejos de ser una debilidad somos una baza geoestratégica y una fortaleza para las políticas europeas de cooperación o desarrollo.

Miremos al futuro. Juntos hemos hecho un recorrido muy difícil, pero los canarios hemos hecho bien las cosas, nuestra sociedad ha hecho un buen trabajo. Un trabajo como el que han desarrollado durante toda su vida los Premios Canarias y Medallas de Oro de Canarias, con esfuerzo, creatividad e imaginación. A todos ellos, y en nombre de todos los canarios, enhorabuena.

Su talento, capacidad y compromiso son un ejemplo para quienes viven en las Islas, para aquellos que por motivos de trabajo o estudios se encuentran fuera del Archipiélago y, sintiéndolos especialmente cerca, para los canarios que en estos momentos atraviesan una situación particularmente difícil en Venezuela. Talento, capacidad y compromiso que nuestro pueblo, dentro y fuera de las Islas, hace y siente suyos.

Somos canarios, y tenemos muchas razones para sentirnos enormemente orgullosos de serlo.

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