Doña Luisa Machado, con su caja del turrón, Foto Agustín Guerra Molina, otro lagunero de pro.
Siendo Nijota, aún un adolescente ya publicaba artículos en el semanario lagunero “La verdad” y años después, don Leoncio Rodríguez le fichó para “La Prensa”, posteriormente “El Día”, donde se jubiló, con gran pena y pesar de sus compañeros de redacción, en 1968, como redactor-jefe.
Fue un asiduo cliente de la célebre bodega lagunera “La Oficina”, lugar de encuentro de numerosos poetas y escritores de la posguerra, que llenaron sus paredes con versos manuscritos e improvisados, lo que convirtió el local en un verdadero templo de las letras canarias.
San Benito Bendito.
Mira pa los campos secos.
Y haz algo pa que el Arcarde
traiga el agua de los huecos.
Echale padre querido
tus bendiciones a mí.
Y también que te la piden
todos los que están aquí.