Jardines y arco de San Diego del Monte, La Esfera, Ilustración Mundial. Año: 1930.
Fragmento
San Diego del Monte miro
Con alto muro cercado,
Y las bellezas admiro
Que contiene aquel collado,
Soledad por quien suspiro.
En las hojas de la encina
Sus encantos Graciliano
Con su péñola divina
Nos trazó, y con diestra mano
En su canción peregrina.
Los bosques, los matorrales,
Mirlos, canarios, jilgueros,
Que en los brezos y cañales
Cantan allí placenteros
O vuelan por los frutales.
Cuando Febo refulgente
Anuncia radiante el día,
Todo embelesa y se siente
Como embarga la armonía,
Como recrea el ambiente.
Cuánto aquel lugar convida
A graves meditaciones
De la lira conmovida
A las lúgubres canciones
De las penas de la vida!
Yo recuerdo todavía
De su entrada los cipreses,
Que inspiran melancolía…
Con mi padre, cuántas veces
Su áspero fruto cogía!
¡Quién sabe si mano airada¡
O si el huracán violento
Ha reducido a la nada
Aquel bosque, aquel convento,
Aquella amena morada!
