Pregón de las fiestas en honor al Compatrón de la Ciudad san Juan Bautista La Laguna 2021. Por Carlos García (IV)

La ermita ya construida, desde 1586 y por una real cédula, autorizaba al Cabildo gastar 250 ducados cada año para terminar su fabricación, asegurando el ornato y su mantenimiento con una renta durante ocho años.

Desde entonces, el Cabildo se obligó a costear su fiesta el 24 de junio de cada año y fue, a partir de 1593 cuando comenzó a celebrarse con regularidad. Pero, transcurriendo el tiempo, la misma fue apagándose, al igual que enfrió la piedad de los feligreses, hasta el punto que la ermita fue cedida, tras estar cerrada durante un par de años al culto, en 1862, para uso como hospital militar.

 Y este uso, como hospital, fue realizado durante diversas ocasiones: con la epidemia de cólera de 1884….»sin demora se proceda a establecer un hospital provicional donde pueda conducirse y ser atendidos los enfermos pobres, cuyo asilo debía establecerse en la ermita de San Juan, por estar situada fuera de la poblacion….» informaba El Propagandista el 6 de septiembre de 1884.

Años después, en 1893, con la mayor epidemia ocurrida en la zona Santa Cruz y La Laguna, el ayuntamiento aconseja la limpieza de calles, tratarlas con desinfectantes, vigilar las atarjeas, creación de un cementerio provisional en Taco y ensanchar el cementerio de La Laguna, y habilitar una ermita, la de San Juan, para acoger a posibles infectados.

Posteriormente, en 1896, un viajero de Cuba introduce un caso de viruela y se vuelve a solicitar la ermita de San Juan para traslado e incomunicación de los enfermos.

Vemos, por tanto, que nuestra ermita sirvió durante muchos años como sede de atención a los enfermos y convalecientes de enfermedades varias, siempre con carácter provisional, pero utilizada una y otra vez en estos menesteres.

Con todos estos usos y con los años, la construcción de la ermita fue deteriorándose, hasta que, en 1955 se acometió una restauración, siendo mayordomos de la misma Luís Marrero Expósito, Vicente González y Álvarez Falcón, lo que recoge una placa de mármol encima de la pila bautismal que se encuentra entrando a la izquierda, en agradecimiento por sus desvelos en la restauración y culto de esta iglesia.

Está ubicada en la calle de su mismo nombre, rectangular, de una sola nave, con coro y presbiterio en dos gradas, cantería en las fachadas y esquinas, con campanario y techo de tejas. La puerta principal con arco de cantería de piedra rojiza y dos puertas laterales, una tapiada por la capilla allí construida. El altar mayor contiene el sagrario y anteriormente, antes del cambio del nuevo y bello retablo, lo conformaban tres nichos donde se encontraba San Juan Bautista flanqueado por San José y San Francisco. Hoy lo preside la escultura de Bautista y a los lados dos lienzos ovalados que representan a los apóstoles San Pedro y San Pablo, que se dice fueron regalados por el dueño del solar donde se levantó la ermita.

La talla de San Juan,  se trae en 1584 como queda dicho; talla de 1,70 cm., de estilo tardo renacentista y de escuela sevillana, con aspecto agradable y bonito, de interés nos solo artístico sino iconográfico sin nos fijamos en las alas doradas que lo rodean. Y como no hacer mención, por ejemplo, la magnífica talla de San Plácido, de Fernando Estévez, patrón de los cigarrones, y que se encuentra en la pared lateral derecha del presbiterio.

Continuará

 

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