¿Conoces el comienzo de «Triste y sola»? ¿Por qué crees que a los antecesores de los tunos les llamaban «sopistas»?
Sería por 1968 o 69, cuando estudiaba Comunes en la Universidad de Navarra. Debía de ser alguna celebración, quizás un final de curso, porque un grupo empezó a entonar:
Adiós… Adiós… Adiós, aulas de mi querer
Donde con ilusión mi carrera estudié.
Adiós mi universidad, cuyo reloj no volveré a escuchar.
Adiós mi universidad, cuyo reloj no volveré a escuchar.
Y por lo que sea, se cortaron y no siguieron con esa canción tan nostálgica que, desde el primer momento, me había atrapado.
Pasaron los años, décadas… Y más de medio siglo después me entero de que ese trocito que me había dejado con las ganas es el comienzo (que casi nunca se canta) de «Triste y sola», también llamada «Fonseca».
Aquí la tenéis completa, interpretada por Tunos de Salamanca que, como es habitual, hacen alguna variación en la letra original:
Si veis el vídeo en YouTube, veréis que hay comentarios de una ingenuidad pasmosa, como éste:
«Lo que yo daría porque vinieran ha (sic) tocarme a mi casa una tuna me encantan grandes Recuerdos».
Y también me entero ahora de que el vals “Fonseca” (o “Triste y sola”) es una de las pocas canciones de tuna que han sobrevivido desde el siglo XIX. Fue estrenado en 1879 por la Tuna Compostelana, que ese año realizó una gira por La Coruña y Ferrol, dirigida entonces entonces por los violinistas Manuel Valverde Rey (1857-1929) y Dorado.
Historia de la tuna
Y puestos a enterarnos de cosas, también he aprendido estos días que en el año 1.212, bajo el reinado de Alfonso VIII, se fundó en Palencia el primer «Studium generale», precedente de lo que más tarde serían las Universidades. A estos Estudios Generales y a los que sucesivamente se crearon, acudían jóvenes de toda condición entre los que surgieron los «sopistas» (un plato de sopa a cambio de una canción) , antecesores de los actuales tunos.
