Volvemos a machacar sobre el tema: LA LAGUNA EN LA DEFENSA DE LA ISLA TENERIFE FRENTE A NELSON EN 1797

Por José Manuel G. Cabrera
Asiduo colaborador de La Laguna 30 Días hasta su fallecimiento
(Publicado en julio de 1997)

En esta conmemoración del 200 aniversario de la gesta tinerfeña -hoy se conmemoran 221-, estimamos que se debería también destacar debidamente el gran protagonismo que tuvo La Laguna, con toda la Isla, en la defensa del ataque al Puerto de Santa Cruz de la escuadra inglesa, al mando del almirante Nelson.

En 1796, España y Gran Bretaña estaban en guerra; el 14 de febrero de 1797, la marina española sufría una grave derrota en la batalla del Cabo de San Vicente. A mediados de este año ya circulaban algunos rumores por estas Islas sobre las intenciones de la flota inglesa. Por estas fechas, en la Real Sociedad de Amigos del País de Tenerife, en La Laguna, se tiene también conocimiento de que, al parecer, se preparaba un inminente ataque a Tenerife.

Por el mes de julio de aquel mismo año, el Ayuntamiento o Cabildo de Tenerife, ante las alarmantes noticias se apresta a tomar las inmediatas precauciones para el caso de que se produjera algún ataque a la isla. Entre otras medidas se dispuso la evacuación de mujeres, ancianos y niños hacia La Laguna, así como de caudales y documentos; se reforzó con las milicias toda la costa del litoral por la que podía producirse el asalto Taganana, Valle Seco, Punta del Hidalgo, Tejina, Bajamar, San Andrés, Santa Cruz y Candelaria-, distribuyéndose entre los que custodiaban estos lugares unos tres mil barriles de harina, además de otras provisiones procedentes de donativos, gofio, vino, etc.

El día 22, el vigía de la zona de Anaga, un tal Domingo Izquierdo, da la voz de alarma al avistar a la escuadra inglesa. Ese mismo día el general Gutiérrez envía un escrito al teniente coronel D. Juan de Castro Ayala, en La Laguna, comunicándole que baje urgentemente a Santa Cruz con toda la tropa, gentes de armas tomar, bagajes, etc. para la defensa de la plaza que el enemigo se disponía a atacar. Este bizarro militar lagunero moría dos días después al frente de sus milicias de La Laguna, en un enfrentamiento con las tropas inglesas que se había apoderado del convento de Santo Domingo, ya desaparecido y donde actualmente está el Teatro Guimerá.

Un dato curioso y muy oportuno para lo que intentamos en estas líneas es un interesante relato de los acuerdos tomados en aquellos días por el Ayuntamiento y que transcribimos a continuación:

“En la Ciudad de La Laguna a veinte y cuatro de Julio de mil setecientos noventa y siete años:

El señor Alcalde mayor por S.M. de esta isla, D. Vicente Ortiz de Rivera, y los señores D. Lope de la Guerra, D. José Saviñón, D. Antonio Riquel, D. Cayetano Peraza, Regidores; D. Francisco Bello, D. Miguel de Laysequilla y D. Juan Calderín, Diputados; dijeron: (…) inmediatamente que el 22 del corriente al amanecer, se supo que la escuadra del enemigo que se había presentado a la vista y muy cerca del puerto y plaza de Santa Cruz, y que aún había hecho algún desembarco, como en efecto se supo después haberse ejecutado, en mucho número de lanchas en Valle-seco, conduciéndose a las alturas de aquellas partes con el fin de dominar y batir el castillo de Paso alto, para abrir camino, al parecer, a dicha plaza; se congregó sin la menor dilación este Ayuntamiento con aquel grande celo, y el honor que acostumbra y debe su amor al servicio de Dios, del Rey, de la conservación de este estado y dominio, que gloriosamente tiene, y la defensa de su propia tierra y hogares; y se comenzaron a dar todas las providencias que en semejante caso se requieren, después de haberse tocado al arma y a rebato, haciendo congregar todos los paisano útiles que hay en la ciudad y pagos de su jurisdicción, despachándose oficios por la Justicia, para que los alcaldes de todos los pueblos del Partido hicieran congregar y remitir a esta Capital (La Laguna), cuantos paisanos aptos hubiere de armas tomar, como en efecto se han juntado y remitido hasta el presente bastante número, que se han destinado a las órdenes y disposición del Exmo. Sr. Comandante General de estas Islas. otra partida para que se uniese a la tropa que se destinó para tomar las alturas por dicho Valle-seco, y atacar a los enemigos, habiéndose conseguido que en el día de ayer se les obligara a retirarse enteramente de tierra y embarcarse”.

Se hicieron traer y presentar los planes y reglamentos que para estos casos estaban prevenidos con Bandera Coronela del Regimiento de La Laguna, nominación de los caballeros comisionados para los diferentes ramos, y hechos llamar, se ofrecieron gustosamente a este desempeño (…). Se despacharon igualmente oficios para el apronte de bagajes, carruajes y toda especie de bastimentos; y aquí se procuró hacer amasar pan, no sólo a todas las panaderías, sino a las demás personas capaces y que tienen utensilios para ello, lográndose el haber un surtido y repuesto competente, y haber suministrado a la gente, por todas partes que lo han necesitado y pedido de pan, vino carne, arroz y otras especies como constará de los cuadernos de apuntes que para este efecto han hecho…” Y sigue una larga narración de órdenes y comunicaciones al clero, hospitales, abastecimientos, etc.

Uniformes del ejército español de la época de la Batalla de Santa Cruz.

Una hazaña notable fue protagonizada por veinte milicianos del Regimiento de La Laguna

Una de las hazañas más notables de aquellos días fue protagonizada por veinte milicianos del Regimiento de La Laguna que, alentados por el cabo Florencio González, ascendieron por la ladera de La Altura, llevando a hombros las cuatro piezas de artillería con todos sus accesorios y municiones, logrando cubrir aquella zona y rechazar al enemigo.

En el castillo de San Cristóbal, principal baluarte de las defensas en aquellos días, tenía su residencia y puesto de mando el Comandante General don Antonio Gutiérrez de Otero. Este castillo, lamentablemente también desaparecido, ostentaba el nombre del Patrón de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna. Don José Monteverde era su Gobernador y fue quien mandó en aquellos días del ataque inglés abrir urgentemente una nueva tronera en la parte que daba a la playa, colocando un cañón de metralla que causó enormes estragos a los invasores y que, según se supone, hirió al Almirante Nelson en el brazo.

Según relatos de la época, los componentes de las distintas unidades que intervinieron en aquellas históricas jornadas fueron: 330 milicianos de La Laguna y La Orotava, 387 artilleros veteranos y de milicias, 245 rozadores de La Laguna, 247 del Batallón de Canarias, 110 Cazadores provinciales, 60 del Regimiento de la Habana, 110 franceses de la corbeta Mutine y 180 pilotes y auxiliares paisanos.

El 27 de julio de 1797, el Ayuntamiento de La Laguna, aprovechando la festividad de San Cristóbal, dispuso celebrar con toda solemnidad la victoria. Días más tarde, el 30 de ese mismo mes, se celebró en Santa Cruz una misa que anualmente se siguió celebrando hasta el s. XIX en que ya se declaraba como fiesta oficial de la Villa de Santa Cruz.

Con estos datos pergueñados en las anteriores líneas, sólo intentamos dar una pequeña idea de la gran importancia que tuvo La Laguna en los hechos de esta efemérides que ahora se conmemora.

Quizas tambien le interese...