Voces de hombre y mujeres claman al cielo: Más de 22 años de lucha de la mujer para incorporarse a la Esclavitud del Cristo de La Laguna

Solo de esta manera las mujeres han podido procesionar con el Cristo de La Laguna, delante de los maceros, que abren el cortejo oficial. En los años 60 lo hacían así, y en pleno siglo XXI ciertos retrogados las quieren igual. En este corto, la cara y la cruz de un machismo que se quiere seguir prolongando en el tiempo.

Algunas devotas del Cristo de La Laguna llevan más de 20 años de reclamaciones  al Obispado en Tenerife para que obligue a la Esclavitud a admitirlas en su seno.

Ante las reiteradas negativas de esta asociación religiosa,  en 2018 treinta y cinco mujeres dirigieron un escrito al obispo, Bernardo Álvarez, en el que volvían a solicitar el permiso para ingresar en la Esclavitud. No obtuvieron respuesta, por lo que tuvieron que llevar el caso a la justicia ordinaria.

El Juzgado de Primera Instancia número dos de Santa Cruz de Tenerife dictó sentencia en abril de 2020,  anulando el artículo 1 de los Estatutos de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, al considerar que la exclusión de las mujeres como socias vulnera los derechos fundamentales de igualdad, de no discriminación por razón de sexo y de asociación que consagra como fundamentales la Constitución española y la más alta normativa comunitaria.

La Fiscalía defendió este argumento, tanto en los dos primeros juicios, en los que le dieron la razón a Teresita Laborda, la demandante, como en el Supremo, que anuló las sentencias de primera instancia.

No obstante, la Esclavitud elevó recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que lo estimó en enero de 2022, avalando así la exclusión de las mujeres.

El 8 de marzo de 2022, la agencia EFE informó que Teresita Laborda, “la mujer que demandó a la Hermandad de la Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna (Tenerife) por admitir solo a hombres”, había elevado su caso ante el Tribunal Constitucional. Su abogada, Andrea Cáceres,  explicó que el argumento de la tradición histórica, que es el utilizado por la Esclavitud  para no admitir a mujeres, “no es razonable” y “perpetúa” una situación de discriminación de las mujeres contraria a la Constitución.

Andrea Cáceres recordó que el artículo 14 de la Constitución promueve la igualdad y la no discriminación de la mujer y, a su juicio, prevalece sobre las normas específicas que puedan regir en el funcionamiento de organizaciones religiosas como la Esclavitud. Además, insistió en que esta prohibición crea una discriminación social que además afecta a la mitad de la población.

Cáceres no comparte la consideración del Tribunal Supremo de que la Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna “no mantiene una posición dominante en su área, por lo que no tiene la obligación en su auto organización de aceptar mujeres”. Muy al contrario, considera que sí tiene esa posición dominante en el ámbito de la isla y de su ciudad por la actividad que desarrolla en el culto al Cristo de La Laguna, y reitera que la normativa interna con la que se rige esta organización, aunque sea del ámbito eclesiástico, debe estar sujeta al ordenamiento jurídico superior “que es la Constitución”.

La abogada subrayó que lo importante es que el recurso pase “el primer filtro” que es la admisión a trámite por parte del Constitucional y, para ello, argumentó la relevancia social que tiene esta medida y su repercusión política, ya que el Cabildo de Tenerife aprobó una moción en la que rechazaba que se financiera aquellas entidades que discriminaran a las mujeres.

No olvidemos que el Cristo de La Laguna es la imagen cristológica de más devoción en las Islas, por lo que al negar a la mujer su ingreso en la hermandad que lo custodia, se está negando el acceso a la mitad de las canarias. Sin duda es deleznable que un esclavo mayor misógino y  machista ligue para siempre en la historia el nombre del Cristo de La Laguna a actos discriminatorios  que han obligado a actuar a la Justicia. En este 14 de septiembre Día del Cristo, es el momento oportuno para recordar el calvario por el que están pasando las mujeres, pues la igualdad no solo se defiende el 8 de marzo.

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