Unicaja se proclama campeón de la BCL tras vencer a Lenovo Tenerife por 75 a 80

El Lenovo Tenerife cae en una final muy física, tras dejárselo todo

No pudo ser. El Lenovo Tenerife cedió este domingo en la final de la Basketball Champions League (BCL),ante el Unicaja Málaga (75-80), tras dejárseslo todo en el intento. El equipo aurinegro cayó en un partido muy físico, en el que pese a las adversidades no se rindió hasta el último resuello.

El conjunto insular luchó contracorriente ante un rival que estuvo muy acertado desde el triple y exprimió sus virtudes en un choque muy duro y con muchos contactos. En ese contexto, la escuadra tinerfeña no tiró nunca la toalla e incluso  cuando se vio 15 abajo mediado el tercer cuarto (37-52, min. 24) tuvo los arrestos de reaccionar para intentar forzar un epílogo más apretado.

El caso es que todo intento de remontada aurinegra no tuvo la continuidad deseada y la final acabó decantándose a favor del Unicaja. Duele ahora, pero mirado con perspectiva el camino recorrido por los canaristas es motivo otra vez de orgullo y honor. Solo pierden finales quiénes llegan a ellas.

El choque nació con imprecisiones por ambos bandos (4-4, min. 5), con Marcelinho Huertas asumiendo la responsabilidad ofensiva de los aurinegros y los andaluces tratando de correr e imponer un ritmo alto al partido.

Los de Ibon Navarro encimaron las líneas de pase (cinco robos en el primer cuarto), endurecieron el pulso con mucho físico y entorpecieron la circulación de balón a un equipo, el canarista, que sufría para jugar sus bazas (9-8).

Los tiros abiertos de David Kravish, primero; y la posterior irrupción de Dedovic y Carter lanzaron al Unicaja en el electrónico (16-24). Intentó el Canarias minimizar daños (21-24 tras un triple de Huertas y una canasta de Sastre), pero el duelo se ponía cuesta arriba por momentos.

Un nuevo arreón malagueño les llevó al descanso once arriba (27-38), pese a varias acciones de mérito de Édgar Vicedo. Tras la pausa, las dificultades fueron a más, con tres triples casi consecutivos de Dedovic, y la renta andaluza creció hasta los 15 puntos (37-52).

Aún así, el Canarias reaccionó, apretó los dientes atrás y fue con todo en busca de igualar el partido para devolverlo al alambre. La calidad de Marce y Brunos, los balones interiores a Gio o la capacidad anotadora de Kyle hicieron soñar con la heroica. Se dejó el alma en el intento el conjunto lagunero, pero sus acercamientos en el electrónico (56-59, 63-67) encontraron siempre respuesta por parte de un Unicaja que no dejó ni una rendija a la esperanza de los insulares y acabó sellando la victoria y el título.

 

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