Con el servicio de Recogida de Residuos Sólidos de nuestro municipio e incluso de la Isla, tenemos un gran problema; la falta de civismo de una parte de la ciudadanía. Me consta que desde los centros escolares, se desarrollan programas de actuación y concienciación sobre todos estos temas. Recoger basuras, separar residuos, reciclaje, conocimiento sobre desarrollo sostenible….. ¿Qué ocurre entonces para que abunden estas malas prácticas? Pues al crecer los chicos y chicas y pasar a moverse en los espacios públicos, nos despreocupamos y parece que todo vale: “Tiro la basura para que trabaje el barrendero….”
Esta educación se adquiere en las casas, en la familia y a veces ésta falla. Su trabajo y ejemplo es fundamental.
A todo esto le unimos que la gestión municipal en este campo es deficiente. En definitiva este es un tema colectivo, la casa, la escuela, la sociedad en general, etc. La administración tiene que trabajar mucho las campañas de concienciación.
Dicho esto y centrándonos en la gestión tenemos que decir que ésta es muy deficiente. Podemos decir que el servicio de recogida de residuos está peor que nunca y URBASER, empresa concesionaria, incumple de forma reiterada el pliego de condiciones que rige la contratación.
Una semana antes de las elecciones municipales, nuestro Ayuntamiento resolvió la licitación para decidir qué empresa sería la responsable de la gestión de los residuos sólidos durante los próximos años.
Este servicio conlleva una partida muy importante del presupuesto municipal, y por tanto del erario público.
Pues bien, después de una licitación pública, donde se expusieron las mejoras ofertadas que se recogen en el pliego de condiciones técnicas, sólo hemos detectado que el servicio ha empeorado y no se ven ni las mejoras, ni la eficacia, y ni siquiera que se preste debidamente.
Me consta que en el apartado de renovar la flota ésta será en plazos, pero es que después de más de cinco meses seguimos con los mismos camiones; obsoletos, ruidosos, sucios, de gran tamaño, con recogida de contenedores por un lado.
Las camionetas de baldeo igual de antiguas, sucias y poco efectivas.
Las papeleras cada vez son menos y las del casco histórico chorrean líquidos y encachazan la calzada.
Uno de los campos que cada vez está peor es el de la gestión de los contenedores. Muchos sucios, rotos y antiguos. Se limpian de San Juan a Corpus y la distribución de éstos se hace en muchos casos de forma inadecuada, con número insuficiente y no hablemos los de plástico, papel, vidrio y aceite (de este último es difícil encontrar alguno).
La frecuencia de recogida es larga provocando acumulación de bolsas por fuera de los contenedores.
Sobre el papel, tengo que decir que son los camiones los que los llenan y utilizan poco el servicio de recogida de cartonaje.
En fin, de los pocos apartados que funcionan está el de la recogida de enseres, con su teléfono activo y recogiéndolos muy temprano.
En cuanto a los depósitos de residuos en la grandes fiestas, conciertos y eventos, se realiza a veces de forma muy insignificante. Tampoco se ponen recipientes especiales.
En el sistema de quita y pon, ni se cumplen los horarios ni se hace bien la distribución de contenedores.
Ocho meses con el nuevo contrato, supongo que cobrando conforme con el nuevo pliego de condiciones pero, sin cumplir las condiciones. El Ayuntamiento tiene que empezar a pedir responsabilidades y exigir.
La Laguna está sucia, descuidada y encachazada y no precisamente por el esfuerzo del personal, que es mucho y muy profesional.
Se necesita mayor compromiso, vigilancia y control en las contrataciones de servicios y respeto a la ciudadanía, que paga religiosamente el servicio, por cierto nada barato.
Pablo Reyes Núñez.
Presidente de la AAVV Casco Histórico de La Laguna.
