Tradiciones navideñas: Salzillo, el belén netamente español. Por Julio Torres

El Belén de Salzillo es una de las obras más reconocidas dentro de la historia del arte español. Excepcional conjunto de más de quinientas figuras que puedes visitar en el Museo Salzillo.

De mi libro: Portales, Belenes, Nacimientos Laguneros (2022)

El gusto de la Corona española, y por imitación de la nobleza, por el belén napolitano hizo que se importara gran cantidad de conjuntos procedentes de Nápoles, lo que en cierta manera frenó, sin lugar a dudas, la producción propia. A pesar de ello, se realizaron grandes obras como el belén encargado hacia 1776 por el aristócrata murciano Jesualdo Riquelme y Fontes a Francisco Salzillo, con destino a los salones del palacio que la familia poseía en Murcia.

Está constituido por 556 piezas realizadas en su mayoría en barro policromado -aunque también las hay en madera-, cartón y telas encoladas, con arquitecturas de la época, que sirven de fondos escénicos. Además del paisaje con sus elementos naturales, hay un marco arquitectónico compuesto por 8 edificios, entre ellos el palacio de Herodes, el templo de Jerusalén, la posada…que se pueden ver amueblados con pequeños enseres. María Teresa Marín Torres lo describe como “un belén de misterios, de carácter religioso, en el que se narra el Nacimiento de Jesucristo, con escenas que van desde la Anunciación a María hasta la Huida a Egipto”. Constituye un documento único de la vida y las costumbres de la España rural del siglo XVIII, de ahí que sea considerado uno de los belenes históricos más relevantes del arte español de todos los tiempos. Actualmente se expone en el Museo Salzillo de Murcia.

Salzillo, considerado como el imaginero más representativo del siglo XVIII español y uno de los más grandes del Barroco, creó un belén netamente español, conceptualmente contrapuesto a los belenes napolitanos, al inspirarse en el campesinado español, por su profundo sentimiento religioso y tendencia a la narración, así como por el modelado de las figuras con sus ricas policromías y ataviadas como se vestía en la Murcia del s. XVIII. Supo compaginar las escenas religiosas con otras de carácter popular o costumbrista, reflejando fielmente muchas de las tradiciones de la época.

Su ejemplo contribuyó a la producción de belenes por parte de los artesanos murcianos, que siguieron la tradición salzillesa. Actualmente, el artesano murciano continúa trabajando con los métodos que ya utilizaran los primeros belenistas españoles en las figuras de belén. Para empezar, las figuras son fieles reproducciones de los bocetos originales. Los artesanos emplean varios moldes de escayola para cada figura, que son rellenados y vaciados de forma manual. Las piezas obtenidas se dejan secar al aire libre para que pierdan humedad, como paso previo a su cocción en un horno durante varias horas. A continuación, los artífices del belén pintan a mano las figuras, bajo la supervisión de los maestros del taller.

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