Esta vieja ciudad
Esta vieja ciudad medita y sueña
tal vez con un anhelo malogrado
que es como un agua gris que se despeña
de la gárgola arcaica del pasado.
Flota en torno un silencio que se adueña
del alma, con fluir decepcionado.
Por esta muda y solitaria aceña
el tiempo se desliza fatigado.
Cae lenta la lluvia verleniana,
suena lejos la voz de una campana
en las tardes de invierno neblinosas.
Y la lluvia, al caer, mezcla su acento
al broncíneo son, mientras el viento
bate también sus alas silenciosas.
Luis Álvarez Cruz