Otro 18 de Julio para recordar la historia negra de España

El 19 de julio de 1936 España tuvo tres presidente de gobiernos distintos y en un sólo día

En Madrid, Casares Quiroga con muy buen sentido seguía negándose a armar al pueblo. Pero a las seis de la tarde se reunieron en el Ministerio de la Guerra, Diego Martínez Barrio, Indalecio Prieto, Largo Caballero y Marcelino Domingo. En dicha reunión, Largo Caballero exigió inmediatamente armar al pueblo y el resto de los políticos progresistas republicanos dieron la callada por respuesta.

A las ocho de la tarde del 19 de julio, viendo cómo evoluciona el alzamiento, dimitía el presidente de gobierno Casares Quiroga. Azaña nombró a otro masón como presidente de gobierno, Diego Martínez Barrio (Gran Maestro del Gran Oriente Español) ,que tan sólo estaría unas horas ejerciendo dicho cargo. Con este nombramiento, Azaña pretendía un acercamiento a los rebeldes.

El día 20 aproximadamente ya estaban definidas lo que iban a ser las dos Españas. Mola, al fracasar el levantamiento en Madrid, no se hace con el control de todo el Norte, se quedó sin Santander, Guipúzcoa y Vizcaya. Goded se estrella en Barcelona y como consecuencia fracasa en la Div. 3ª, Valencia, Murcia y Cuenca. Aranda controla Oviedo, al igual que Sevilla, se convierte en un islote dentro de Asturias. En Castilla la Vieja y Galicia los alzados lograr una victoria total.

La Pasionaria, dirigente comunista, lanza por la radio un encendido discurso:

“Vibra de indignación el país ante estos desalmados que quieren, por el fuego y la violencia, sumir la España democrática y popular en un infierno de terror. Pero no pasarán. España entera está en pie de lucha. ¡Trabajadores! El Partido Comunista os llama a ocupar un puesto en el combate para aplastar definitivamente a los enemigos de la República y de las libertades populares. ¡ Viva el Frente Popular! ¡ Viva la unión de todos los antifascistas! ¡ Viva la República del Pueblo!”

A pesar de lo que estaba ocurriendo y de lo que se decía por la radio, durante aquel fin de semana del 18 de julio de 1936, hubo normalidad en muchas ciudades de España. Era verano y el domingo 19, muchos se fueron a la playa, hacía mucho calor y los españoles estaban de vacaciones. Mientras tanto, en la sierra de Madrid, se celebraba la tradicional prueba ciclista de la Subida a los Puertos, que se adjudicó el ciclista sevillano Antonio Montes. El lunes 20 como si no pasara nada, abrieron los comercios en la mayoría de las ciudades de España como si tal cosa. Pero 21 de julio, en Madrid, ya se había producido el asalto al cuartel de la Montaña con un trágico balance de muertos, fusilados y asesinados con el tiro en la nuca.

Camión requisado por milicianos anarquistas en la Puerta del Sol. Madrid 20 de Julio de 1936.

A las 12 de la noche, el gobierno ya había perdido el control del pueblo, grupos armados de sindicalistas patrullaban libremente por las calles de Madrid. El ambiente de guerra en el centro de Madrid era evidente. Por mandato de Largo Caballero, algunos militares ya habían repartido 5.000 fusiles entre los sindicalistas. El estado de la República se estaba diluyendo como un azucarillo en un vaso de agua

Martínez Barrio lo intenta con Mola

De madrugada Martínez Barrio intento un acuerdo con el general Mola. Ahora los republicanos trataban de ofrecerle un acuerdo que garantizara el orden público. En la versión del propio Mola, el general habría respondido:

” Estoy a las órdenes de mi general don Francisco Franco y me debo a los bravos navarros que se han colocado a mi servicio. Es tarde, muy tarde. Ni a mí me respaldarían los míos ni a usted le respaldarían los suyo”.

Posiblemente Mola reconociera más la autoridad de Franco que la de Sanjurjo que moriría al día siguiente, en un accidente de aviación cerca de Lisboa cuando se dirigía a Burgos. Tampoco es raro que el gobierno no se dirigiera a Franco, sino a Mola, el director del levantamiento. Pero en la madrugada del 18, Franco ya actuaba como líder de la sublevación.

Martínez Barrio formó un equipo de gobierno incluyendo a ministros ajenos al Frente Popular, para que de esta forma ofreciese alguna confianza a los rebeldes. Pero los revolucionarios progresistas vieron que era un intento de arreglo con los rebeldes. La presión en contra del gobierno en la calle fue muy intensa, con los militantes comunistas y socialistas junto con los sindicalistas, clamaban contra el gobierno. Madrid estaba tomada con camiones y coches con gente armada y banderas rojas de UHP, CNT que bramaban contra el gobierno de la república.

Martínez del Barrio, completamente sobrepasado por la progresía armada en la calle, presentó la dimisión irrevocable e inmediatamente huyó a Valencia sin tan siquiera avisar a Azaña. Posiblemente en este momento se había consumido la Segunda Republica y había nacido Tercera, la del Frente Popular.

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