Fotos y coplas a San Benito Abad, protector de la sementera (VIII)

trilla la laguna

En tiempos de la hambruna, a diario el campesino lagunero visitaba los campos. Con orgullo, miraba por encima de los maravillosos cultivos, donde el trigo crecía tan alto y espeso como nunca. Y todos los días encargaba a San Benito el tiempo ideal para el desarrollo de las cosechas. Poco a poco los exuberantes trigales se tiñeron de color del oro y el campesino se paseó en la Romería de San Benito por toda la Ciudad, muy orgulloso, llamando su atención sobre su lograda obra. «Ésta cosecha será tan abundante que podremos vivir diez años de ella. Ya nadie tendrá que pasar hambre, le decía a San Benito Abad.

Y le prometió que todos los años con sus barcos, sus carretas y la del trigo, lo llevarían por toda La Laguna en procesión, que las gentes laguneras nunca le perderían la devoción y que celebrarían fiestas con gran decoro en su honor.

LA TRILLA

No olvidaré, Mariquilla —aunque cien
años viviera— los días que, jace años,
pasábamos en el era, dando vueltas
y más vueltas, amontados en un trillo.
Tú eras ya una cachorrilla,
y yo era un zangalotillo.

¡Buenas vacas pa trillar
la «Bragada> y la «Centella»!
No se vio en todo el Rodeo
una yunta como aquella.

¿Te acuerdas de la cacharra
que tú, con muchos sudores,
ponías pa que el ganado
jiciera aguas mayores?

¿Te acuerdas cuando yantábamos
gofio con jigos porretas,
en el hueco de una parva,
jaciéndoaos morisquetas?

Pa mi, la fiesta mayor
era antonces, Mariquilla,
por debajo de la paja
garrarte una pantorrilla.

Y por la noche, de vuelta,
alegres y enamorados,
cantábamos y reíamos
en la carreta montados.

Buen tiempo aquel, Mariquilla.
Qué diferencia al de ahora!
¡Me caso en el que inventó
la máquina trilladora!

Juan Pérez Delgado

Quizas tambien le interese...