Me imagino que más de uno se estará preguntando qué son las chayotas, bueno pues para el que no lo sepa, es el fruto que crece de una trepadora (Sechium edule) que pertenece a la familia de las cucurbitáceas (calabacín, bubango, calabaza..) aunque se le la suele tratar como una verdura. Es originaria de Sudamérica, tiene forma ovalada, parecida a la pera, la piel puede ser verde claro o verde oscuro según la variedad, con hendiduras profundas y con pequeñas espinas blandas. No es habitual verla en los supermercados, porque no tiene un uso muy comercial, pero si que se encuentra en nuestro Mercado de La Laguna.
Ingredientes:
3 chayotas grandes
1/5 k. de carne molida (mitad ternera y mitad cerdo)
1 cebolla
2 ó 3 ajos
1/2 pimiento verde
2 tomates de fritura
Orégano
Pimienta negra
Sal
Aceite
Vino blanco
Queso parmesano
Para la Bechamel:
25 grs. de mantequilla
50 grs. de harina
450 grs. de leche
Nuez moscada
Pimienta negra
Sal
Manos a la Obra
Primero ponemos a guisar las chayotas con un poco de sal, peladas y cortadas a la mitad, quitándoles el corazón a la chayota que es el hueco para el relleno.
Cuando ya las veamos cocinadas, le quitamos el agua y las dejamos enfriar. A la carne molida le añadimos perejil, ajos, aceitunas, pan mojado en leche, pimienta negra majada, huevos batidos yemas y claras juntas, y todo lo mezclamos bien y lo freímos.
Apartamos la mitad de esta carne ya condimentada para luego hacer la salsa, y con el resto se rellenan las chayotas por mitades, y ahora rebozamos las chayotas con huevo, leche y harina. Una vez rebozadas, las freímos en aceite bien caliente, y de allí a un plato hasta que terminemos de freir.
En un caldero aparte ponemos cebolla picada y frita y tomates en tacos pequeñitos, un vaso de vino blanco, un poco de caldo, y si no, agua, una ramita de tomillo.
Dejamos que todo hierva, y entonces ponemos las chayotas dentro, y les damos un pequeño hervor hervor.