El futuro incierto del Casino de La Laguna (V)

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El Casino de «La Carrera», La Puchereta y Domingo de Laguna, un personaje histórico de la Ciudad y que  seguro me diría de todos estos: ¡Julio te los regalos!¡Si te cogen!…El Casino en manos de quién está…Jesús, Jesús…Cristo de La Laguna arregla esto…Jesús, Jesús.

Los que desconocen la cultura y tradición de una ciudad como La Laguna, así como la tradición culinaria del Casino y sus más antiguas y bellas costumbres, no deberían estar sentados en la Junta directiva de esa institución centenaria.

Para ser un directivo, primero deben  ser personas a las que cualquier socio conozca y a la vez personas conocedoras de las tradiciones del Casino; personas desarraigadas de las más puras tradiciones laguneras y amantes del figureo solo llevarán al Casino a la ruina, tanto a su edificio, como a sus arcas cuando ya no tengan socios.

Primer día del cursillo para ir limando la ineptitud y el desconocimiento de “argun@s”. Está claro esta pucherata era un plato que llevaba a familias enteras al Casino los domingos, no encontrabas mesa si llamabas despues del jueves. Fue una sociedad con familiaridad y sin problemas internos, cuando pasaba algo se arreglaba entre señores y tan amigos, en aquel Casino no funcionó nunca «la gestapo». Pero desde que llegaron estos chicos con su “Chilua pa fiestuquis de gente de todo tipo”, la puchereta famosa desapareció de la carta, se ve que el «botellón»  da más dinero y menos trabajo…Evidentemente al que explota las instalaciones le conviene más. ¿Qué coño es eso del ambiente familiar? Esto es un negocio, con ñoñeces a la calle.  Aquí a pagar y a callar o te mandamos a «La gastapo».

Después de la «introducción» viene la receta de «La Puchereta de Domingo de Laguna» o “Puchero Casino” (Primera clase para los advenedizos).

Éste comenzó como un plato tradicional del día 9 de septiembre en La Laguna. Una “Puchereta” que se convirtió en otro acto de las muy ilustres y antiquisimas Fiesta del Cristo.  Espero no tener que explicarle alguna de la isla de enfrente que fiestas son, pero por si acaso lo voy hacer.

El 9 de septiembre es un día marcado como especial en el calendario lagunero. El día 9 está señalado como el día en que se desciende al Cristo de La Laguna desde su hornacina de plata hasta la mesa altar para el Besapié. Éste tiene lugar al término de la solemne celebración eucarística, que comienza a las once de la mañana, para más tarde hacer el traslado al suntuoso trono de plata en el que procesionará a las seis y media de la tarde, en la procesión conocida popularmente como “El traslado”.

En el tiempo que quedaba de asueto entre los actos de la mañana y la tarde, Domingo de Laguna estableció en el Casino la famosa “Puchereta”. Por ella pasaron, entre otros, alcaldes, capitanes generales, obispos, arzobispos y hasta algún cardenal, y, claro está, muchísimos esclavos mayores y menores, eso sí de los de antes de la intervención de don Felipe y la gestora en la Esclavitud, después de ésta parece que una maldición calló sobre La Laguna y sus instituciones más señeras.

Ese día en nuestro Casino no faltaron jamás los buenos caldos del norte, ni el whisky con sifón, la ginebra Tanqueray y otras copas y “postres”, eso sí, todos lo que consumían este tipo de bebidas eran mayores de edad.

Y ahora aquí va la receta de la “Puchereta de Domingo de Laguna” o “Puchero Casino”

El puchero canario, como la mayoría de los cocidos españoles, es, por sí mismo, un menú completo. Sobre todo cuando con su caldo se prepara una sopa de primero y, luego, se acompaña de un buen escaldón de gofio. Se trata de una de las ollas más completas, sin duda, por su apabullante contenido de hortalizas.

Aquí brindamos “La Puchereta” otrora clásica en el Casino de La Laguna. Es posible que una nueva directiva retome este plato magnífico y de mucho prestigio para la Sociedad.

Elaboración: En un caldero grande con agua, en la que se habrá puesto un chorrito -apenas nada- de aceite, se introducen, cuando empieza a hervir, los trozos de carne con el chorizo y el jamón serrano (debido a éste último hay que tener cuidado con la sal). Media hora después agregamos las batatas (boniatos).

Transcurridos unos 20 minutos, más o menos, echamos los garbanzos y los trozos de piña de millo. Cuando comprobamos que estos dos últimos productos van enterneciéndose, sumamos al conjunto las habichuelas (judías verdes), la col y las zanahorias.

Han de pasar otros veinte minutos al menos para agregar la calabaza y los bubangos (calabacines). Rectificar de sal si es necesario.

Unos minutos antes de retirar el puchero del fuego, se aromatiza con un majado compuesto por azafrán y ajos; también es el momento de poner media pera por comensal. A esta operación se le llama “templar” el puchero y es fundamental para su autenticidad; la pera le da el toque “Casino”.

PD: En aquella época la puchereta Casino llevaba de chorizos los justos. Amén, mañana más.

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