AMARO PARGO: LA TRADICIÓN HISTÓRICA DE UN CORSARIO LAGUNERO (y VIII). Por Carlos García, Del libro “La Ciudad: Relatos Históricos” 1996

Final de la historia

Tras recorrer la historia de éste singular personaje podemos darnos cuenta que conforme transcurren los años, la personalidad del pirata va cambiando, y de la época más joven en que se caracterizó por sus andanzas y episodios casi violentos, pasa con posterioridad a sentirse más caritativo, más religioso y místico.

Existen una serie de informaciones que refiere Dámaso Antonio de Quesada y Chávez, un tinerfeño que escribió en Roma entre 1770 y 1784, a decir de María Rosa Alonso al final de su libro, donde refiere en su manuscrito lo siguiente:” Hombre de gran caridad y padre de pobres, gloriándose de tener en su casa cuantos simples pobres podía, pues se le conocía hasta seis, que esto baste para conocer quien fuese éste héroe bienhechor de la Sierva de Dios”.

El final de los días de D. Amaro Rodriguez Felipe están bien recogidos en el Diario de Anchieta y Alarcón quién escribe con claridad sobre esta circunstancia: ”.…que biniendo la procesión de las monjas claras a la calle Real en la boca calle pararon a la Virgen y se postraron todos de rodillas y hisieron una rogativa a la Virgen por la salud de D. Amaro Rodriguez Pargo mercader que bibía en la casa donde está una Imagen de la Virgen del Rosario sobre la puerta dos casas mas abaxo a la esquina de otra boca calle a la derecha yendo abaxo, por que la Virgen le de salud o lo que conviene, porque es gran devoto de la Virgen y la víspera a las sinco le dio un asidente como ayre y apoplejía, que el biernes bino de Tegueste y con el camino disen que le ha dado éste mal, Dios le de lo que le conbiene porque es hombre que gasta mucho con los pobres y niños...”

Un poco mas adelante sigue escribiendo:”Miércoles 4 de Octubre 1747 como a las 8 de la mañana murió D. Amaro Rodriguez Felipe, mercader muy rico que es el de la sita antecedente. Oy jueves fue el entierro en Sto.Domingo, en su bóbeda a la entrada de la puerta a mano derecha, Capilla de San Bisente. Sacaron el cuerpo en prosesion por el Claustro a la calle. No más llevaron nueve capas con la del Preste, que fue Juan Carriazo, Beneficiado servidor, parese que profesó de fraile por que al entierro dixeron laudes. Llevaba tres ábitos. Era bajo, grueso y algo moreno, no mucho, alguna pinta de birhuelas “.

Esta magnífica descripción no concuerda en demasía con el retrato que conocemos del cuadro existente en la ermita de Machado, coincidiendo solo en lo de moreno, aunque habría que plantearse en que época está pintado y que edad le correspondería tener en ese momento.

Y con esto llegamos al final de esta breve reseña histórica sobre un singular personaje sobre el que no está muy claro parte de su biografía y datos personales, pero del que se conoce lo suficiente para habernos permitido aventurarnos a narrarlos, sin saber si habrá valido la pena el haberlo hecho .

Otras noticias se tienen de diferentes aventureros y piratas como las de “Cabeza de Perro”, centralizada en la zona de Santa Cruz, algo más moderno que el referido, sobre el ochocientos, de verdadero nombre Ángel García, pero me temo que no tan interesantes y evocadoras como las de Amaro Pargo, aunque esto ya es tema para otra historia que tal vez me atreva también a contar.

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