AMARO PARGO: LA TRADICIÓN HISTÓRICA DE UN CORSARIO LAGUNERO (III). Por Carlos García, Del libro “La Ciudad: Relatos Históricos” 1996

punta hidalgo

Amaro Pargo: el corsario de Punta Hidalgo

El motivo que me indujo a escribir este pequeño artículo, fue la investigación que mi hija mayor estuvo realizando sobre nuestras pobres ascendencias genealógicas.

Descubrí que el interés mostrado le llevaba a averiguar pasados familiares que, sin tener apellidos ilustres ni importantes, lograba conocer hechos, circunstancias y en especial nombres desconocidos por ella hasta ese momento.
En nuestro arbusto genealógico, que ni siquiera árbol, aparecen apellidos como Núñez y como Villavicencio, entroncados en la rama familiar materna y derivados de la zona de Tacoronte y de El Sauzal. Mis bisabuelos maternos se apellidan de esa forma, habiendo perdido el Núñez hace ya tres generaciones, manteniéndose el Villavicencio hasta hace dos generaciones pues mi abuela aún lo conservaba. Ambos hoy están derivados hacia otra rama familiar.

Pues bien, comentando con mi hija estos aspectos, le recordaba que en mi infancia solía escuchar por boca de mi abuela cuentos que aquella nos hacía con alguna frecuencia y entre los que estaban unos referentes a piratas que tenían que ver con nuestra familia o narraciones que ella había escuchado con anterioridad por parte de los Villavicencios. Decía siempre: “…los Villavicencios provenimos de piratas…”.

Estoy convencido de la fantasía de su mente ágil y abierta para todo, pero desde entonces, siempre entre nosotros hemos creído en la fascinante sensación de sentirnos descendientes de piratas.

Todo este episodio me recordó la figura de Amaro Pargo y sobre ella me gustaría decir algunas cosas con el afán de que su nombre e historia se popularice y conozca más de lo que ya lo es, especialmente entre las gentes del pago de la Punta del Hidalgo.

Para hacerlo es imprescindible que cuente con la ayuda de lo escrito por Doña María Rosa Alonso en su delicioso trabajo “Un rincón Tinerfeño. La Punta del Hidalgo”, escrito hace ya 47 años y que le valió un premio literario de la Económica de Tenerife.

Revisando la bibliografía para escribir estas pocas líneas me he encontrado con la desazón y malestar que levantó el citado libro de la Dra. Alonso en determinados círculos sociales de alto linaje tinerfeño.

Evidentemente los tiempos eran otros y al decir la escritora que Amaro Pargo procedía de diferentes familias nobles, parece ser que no gustó y ofendió en demasía, hecho que motivó a la misma autora realizar una reseña muy suculenta de su propio libro en la Revista de Historia algún tiempo después y que vino a resultar demoledor para las tan ofendidas personas que criticaron el mismo. La reseña se tituló “Vejamen y réquiem al librillo intitulado La Punta del Hidalgo”.

No conozco otra publicación en la que se ofrezcan más datos sobre Amaro Pargo que el nombrado a pesar de descubrir alguno de ellos en los realizados por Rodriguez Moure al tratar sobre la Sierva de Dios y algunos otros, en los que de pasada, se vierten algunos comentarios sobre la figura del corsario como iré referenciando más adelante.
Todo lo conocido sobre este personaje tiene una relación directa con la zona norte de Tenerife que se conoce como la Punta del Hidalgo, lugar en la que la historia ubica al Hidalgo Pobre, el Achimencey Zebensuí que fue hijo de Aguahuco, a su vez bastardo de Tinerfe el Grande.

En su historia están emparentados los bellos y románticos sitios de Los Dos Hermanos con su sugerente tradición, el Roque Guacada (entroncado con el antropónimo Aguahuco), con la cueva habitación de Zebensuí en su base, El Homicián, La Hoya y con San Mateo, tanto por su playa y cueva como por su ermita, y con tantos lugares evocadores que nos traen a la memoria situaciones de épocas pretéritas en los veraneos familiares de la cercana Bajamar.

La historia del pirata es interesante y romántica, puesto que al tratarse de un personaje legendario envuelto en aventuras diversas, lo hace atractivo y seductor.

Fue conocido popularmente como Amaro Pargo, no estando bien definido este apelativo impuesto, aunque es cierto que el mismo viene de antiguo y fue utilizado para identificar a distintos parientes de nuestro Amaro.

Así encontramos, por ejemplo, que en las Memorias de Lope Antonio de la Guerra se puede leer que en 1778 murió Domingo Rodriguez Phelipe, alias Pargo. O el encontrar el nombre de Bernabé González-Pargo que tuvo un hijo, Juan González de Castro que casó con María Texera y Machado en 1502, observándose ya la utilización del sobrenombre en la familia.

Puede que el pargo provenga del pez que así se conoce por estas tierras, y que fuera una manera de nombrar como otra cualquiera. o por la manera escurridiza de escapar que tenía a semejanza del pez.

Su verdadero nombre fue, a decir de María Rosa Alonso, Don Amaro Felipe Machado Lorenzo de Castro y Núñez de Villavicencio, y nació en el año 1677.

Fueron sus padres Juan Rodriguez Felipe y Beatriz Texera Machado, con lo que sería más exacto ordenar sus apellidos como Amaro Rodriguez Felipe Texera y Machado, Lorenzo de Castro y Núñez de Villavicencio.

No contrajo matrimonio, por lo que se mantuvo soltero hasta el final de sus días, siendo sus herederos, los procedentes de su hermano llamado José Rodriguez Felipe Texera y Machado y de su hermana Francisca Rodriguez Felipe.

Este hermano casó con Ángela de Squeinart y Machado, quienes tuvieron una hija que se llamó Ana Josefa Tomasa Rodriguez Felipe y Squeinart Texera, que a su vez contrajo matrimonio con Amaro José González. de Mesa Rodriguez Felipe Lorenzo de Castro y Machado, su primo hermano, que fue Rector de la Universidad de Salamanca y que era hijo de Francisca Rodriguez, hermana de Amaro Pargo, y por tanto sobrino del pirata, que ha sido confundido en ocasiones con éste.

Este Amaro José, el Rector, a su vez era hijo del matrimonio de Francisca Rodriguez Felipe y de Isidro González de Mesa, quienes tuvieron algunos más, como Isidro José Glez de Mesa, Antonio José Glez de Mesa, José Vicente Glez de Mesa y Beatriz Encarnación Glez de Mesa, algunos de los cuales tuvieron relación con Amaro Pargo en cuanto a su sucesión y heredamientos.

Fue nuestro corsario patrono de la capilla de San Vicente Ferrer en el convento de dominicos de La Laguna al que dio la urna en que sale el cuerpo de Nuestro Señor Difunto, como aparece en la inscripción que tiene y que dice:”Esta urna la mandó hazer el capitan Dn. Amaro Rodrigues Phelipe por su devozión este año de 1732”.

Fue declarado caballero hijodalgo en auto que proveyó con el asesor jurista el Dr. D. Bartolomé Yánez de Torres, regidor perpetuo de Tenerife y abogado de los Reales Consejos, en 25 de Enero de 1725, obteniendo real certificación de nobleza y armas dada en Madrid en 25 de Enero de 1727 por D.Juan Antonio Hoces Sarmiento, cronista y rey de armas de Felipe V.

Esta capilla de San Vicente, según informa María Rosa Alonso, estaba bajo el coro y hoy suprimida y en el suelo se puede leer en la losa que guarda los restos familiares de los Rodriguez Felipe lo siguiente:”Esta sepultura y entierro es de don Amaro Rodriguez Felipe y de Doña Beatriz Tejera Machado y de sus descendientes y herederos paternos y maternos. Año 1715”. Además se observa en el pie de la lápida una calavera con dos huesos cruzados, emblema pirático por excelencia.

Debajo del coro estaban dos pilas de mármol blanco que llevan el nombre del donante, Don Juan Rodriguez Phelipe, padre del personaje en cuestión. Este Juan está enterrado, junto con el resto de los miembros de su familia en la sepultura mencionada, que está a mano izquierda de la salida donde reposa también su hijo, Amaro Pargo, benefactor de la iglesia (1677-1747).

En este lugar, arrimada a la pared delante del arco de cantería que ha quedado al descubierto, estaba hasta fines del siglo pasado la capilla de San Vicente Ferrer, cedida por la comunidad a don Amaro en 1727. Después de suprimida la capilla la imagen del santo titular ha sido trasladada al altar de Santo Domingo de Guzmán.
Una hija del Don Amaro, Rector de Salamanca, y de Doña Ana Josefa Rodriguez Felipe, fue Doña Beatriz Pía Juana Josefa González de Mesa quien casó con el tercer Conde de Siete Fuentes, ligado a la casa de Hoyo-Solórzano y vinculados al pueblo de Buenavista, motivo por lo que se encuentran emparentados ambas casas y en especial con el Condado de Siete Fuentes.
También refiere María Rosa Alonso, que a su vez, una hija de éste matrimonio, Doña Ana María del Hoyo, tuvo en descendencia a Josefa Chirino y del Hoyo Solórzano, octava Marquesa de la Fuente de las Palmas, título que poseyó por muerte de su hermano Don Alonso, el famoso Marqués asesinado en Vilaflor en 1840 y cuya muerte dio lugar a una frase estereotipada por el pueblo: “…. ¿Dicen que mataron al Marqués?. Eso dicen”.

Todo esto solamente viene a demostrar las diferentes genealogías que, generación tras generación han tenido relación con el corsario Amaro Pargo, nuestro protagonista. Existe por tanto emparentamiento de los Rodriguez Felipe con los González de Mesa, con los Hoyo-Solórzano y por tanto con los Condes de Siete Fuentes, además de con los Marqueses de las Palmas y también del Sauzal, de Santa Lucía y de Villafuerte, al igual que con los Pontes, los Machados, los Salazares, etc.etc.

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